Big House es un local enorme situado en Cartaya. Tiene dos partes: la más conocida es la de buffet libre tipo Wok, que se encuentra en la planta baja. En la planta superior hay un restaurante asiático, menos popular, pero está ahí. Dudo que vuelva en un futuro próximo, así que solo voy a contar mi experiencia con el buffet libre, que supongo que es mejor que no escribir nada. Este buffet asiático es muy espacioso y su decoración da una sensación de lujo, que realmente no tiene, pero visualmente es muy agradable. Combina el mármol, el cristal, una iluminación muy propia y un gran estanque que es el centro de la estancia, muy llamativa, con peces y todo. La plantilla que lleva adelante este restaurante se caracterizada por un trato tosco y a veces cortante, como cuando una camarera me ordenó(literalmente) que dejara en su sitio la pinza con la que había cogido comida. También pienso que si yo trabajara en China o Japón a lo mejor tampoco sería el alma de la fiesta, pero bueno, no es el caso. La comida, una excelente variedad de comida asiática. No es tan excelente la calidad individual de cada plato, se ve que en el eterno debate calidad vs cantidad han apostado por la cantidad, algo normal cuando llevas un buffet libre. También hay una extraña selección de productos muy españoles como chistorra o croquetas de puchero, que choca cuando te lo encuentras pero puede poner una nota divertida al sitio y, al que no le guste o no busque ese tipo de alimento en un buffet asiático, simplemente puede ignorar esa parte. Los platos que necesitan ser cocinados, como el marisco, te lo hacen en el momento en una plancha, con bastante habilidad, pero nuevamente no son muy amables. Tengo que destacar la parte de los postres, con una enorme fuente de chocolate muy rico en la que puedes mojar lo que te dé la gana, además de fruta, natillas, flanes, helados, gelatinas… de todo. Sería un error que os llenarais completamente sin probar algún postre. Los baños, nefastos de higiene, tus pies se quedan pegados en la urea reseca del suelo que forma una delgada pasta y te atrapa como si pisaras chicle. Mira que los hombres lo tenemos fácil, pues yo ahí ni me saqué lo que me tengo que sacar para hacer mis necesidades. Muy mal. Y, para terminar, de precio los fines de semana es de 12 €, bajando entre semana y en almuerzo. ¿Es caro o barato? Depende, ¿comes, o COMES? Esa es la cuestión, y yo no voy a valorarla, que cada uno saque sus conclusiones si es que prueban a comer aquí.