Vichy Catalan

Hotel con encanto del s. xix, habitaciones bonitas y cama confortable, aire acondicionado, neverita y televisión en todas las habitaciones, con gran ventana para ver los jardines exteriores del hotel q es enorme. Podrás descansar con sumo silencio y tranquilidad. Servicio de habitaciones respetuoso y atento. Cabe destacar q puedes llevar perros de hasta 5 kg por un importe de 15 €.
El restaurante dispone de menú de medio día y noche aunque la comida esta muy rica el importe es elevado. (en el pueblo encontramos la taverna d’ en quimet, donde comimos de maravilla con el menú de 9,50 €, no esta registrado en esta aplicación)
El balneario resulta algo pequeño pero sin duda relajarte dado q controlan numero de personas yo las dos veces que he entrado habían 8 personas, nunca vi a niños dentro del balneario. Lo que no dejaras de notar es la reacción de tu piel al pasar por este agua (aconsejo no bañarse con nada de plata pues acabara oscura por el tipo de agua). Podrás beber agua de vichy gratis, tanta como quieras mientras te encuentres dentro del balneario Disponen de una carta de tratamientos, yo probé el masaje especial vichy catalán 80 minutos de reloj, masaje desde la cabeza a los pies, realmente bueno.
También disponen de piscina exterior donde te prestan las toallas, pistas de tenis, jardines por donde pasear… Todo con mucho encanto.
Aconsejo ver ofertas por la página de groupalia que cada cierto tiempo ponen una oferta de 39 € por persona, entrada al balneario, alojamiento y desayuno tipo bufete, he de decir q el desayuno es completisimo y delicioso lo único q estaba horrible era el café pues era de maquina …

Esta fue toda una gran decepción. Estaba claro que no íbamos al Mandarín Oriental del Paseo de Gracia o de París, pero es que al entrar en el hotel-​balneario, tuve esa extraña sensación de haber retrocedido en el tiempo.
El edificio, que es una belleza arquitectónica por fuera y que sólo por este motivo requiere una visita puntual, deja mucho más que desear por dentro. Estamos hablando de Vichy Catalan, una marca insignia del país y de la historia y que ahora mismo tiene un establecimiento totalmente desfasado: habitaciones, acabados, instalaciones comunes… todo pendiente de actualizar al año 2014. ¡Y qué decir del servicio y trato al cliente! Soso, sin chispa, tal vez por el hecho de tener que tratar diariamente con gente muy mayor, ¡no sé yo! Mejor no hablar del buffet del restaurante, muy monótono y con platos desaconsejables…
Repito, una lástima, porque si bien es cierto que uno puede relajarse a tope en sus instalaciones, también le queda el recuerdo agridulce de lo que podría haber sido una experiencia redonda.

Decidimos escoger este hotel porque, de los que teníamos por escoger de un pack, era el que mejor nos iba por cercanía a la Costa Brava.
Como ya han comentado, el edificio en sí es muy particular y tiene cierto encanto, no como las habitaciones o el interior en general: nada renovado, habitaciones con las puertas de los años 60 o 70, mobiliario de la misma época… Cómodo y justo para pasar una noche, pero sin más, sin ir acorde a todos sus alrededores.
Del balneario solo pude disfrutar unas inhalaciones de agua Vichy Catalan incluídas en el pack y, sinceramente, no acabamos de ver los efectos, aunque pasamos un rato divertido. En general, por lo que pude observar, creo que para llamarse Hotel Balneario Vichy Catalan podrían explotar más esos beneficios, me esperaba más.
El ambiente sí era lo esperado: media de edad elevada de gente que va a pasar un fin de semana a cuerpo de rey, ¡y qué lo disfruten!
En cuanto al desayuno, bien normalito, solo un consejo: evitad los huevos revueltos, no tenían muy buen aspecto…

Genial para relajarte un par de dias!!! Mucha tranquilidad y muy buena comida!!!

Lugar tranquilo donde relajarse, tomar un baño relajante y cenar con buena gastronomia

Me llevaron de un viernes a un domingo coincidiendo con la festividad de La Purísima de este año. El edificio en sí es precioso e impresiona solo llegar; es enorme y muy bonito, con grandes jardines para pasear y relajarse, fuentes, pistas de tennis… el estilo del edificio recuerda a la arquitectura árabe y parece un verdadero palacio.
Nada más llegar una amable chica nos atendió en recepción y nos explicó como funcionaba todo (tema de spa, tratamientos, desayuno…).
El spa no es muy grande pero es suficiente para pegarte unos buenos y relajantes baños en la piscina de chorros, en el jacuzzi, la zona de chorros fríos en la que caminas por piedras… te facilitan un albornoz y unas zapatillas que has de devolver. Ah! también te dan gorro de piscina, ya que es obligatorio llevarlo, y ya os podéis imaginar lo guapa que se ve una con eso en la cabeza jejeje ¡menos mal que todo el mundo lo lleva!
El desayuno no está mal.
Uno de sus fuertes es la ubicación, ya que queda relativamente cerca de sitios muy bonitos donde tuve la oportunidad de ir los días que me hospedé allí, como Begur, Girona y Besalú. Eso sí, en Caldes de Malavella no había prácticamente nada, ¡parecía el pueblo fantasma!