Mi local preferido de la punta, por así decirlo. Se trata un establecimiento cuya clientela suele ser un público alternativo al que acude a este sitio sencillamente por la música que se pincha allí, desde el rock más clásico hasta soul, en función del DJ que venga esa noche. Suele reinar un buen ambiente y cada ‘x’ días suele convertirse en sala de conciertos, donde posteriormente se recoge todo el material y se convierte en discoteca. En cuanto a los precios, suele rondar los precios normales de cualquier local así. Heineken a 2.5 euros y cubatas dependiendo de cual entre 5 y 6 euros. La entrada es gratis, cosa que se agradece. Por todo esto, recomiendo su entrada a partir de las 2 de la madrugada hasta el cierre. A mi entender este local tiene margen de mejora, pero no por ello deja de ser un sitio al que debes de ir. Lo mejor: la música y el ambiente Lo peor: que no haya más sitios así en la punta de San Felipe.