El Requeté

En plena plaza de Cáceres y muy mono puesto. Atención muy buena, sin sonrisas, pero eficiente. Tomamos el menù a 12 €. Ojo: el pan te lo cobran aparte. Pedimos además un plato fuera de carta: alcachofa con torta del casar. Mi salmorejo estaba «ok», sin más. Pero me lo comí con la cuchara de mi marido porque la mía tenía un pegote dulce del postre del anterior comensal… el risotto de mi marido era intragable: sopa de arroz que sabía a nata sin cocinar. Literalmente sopa, y el arroz de trozos de grano, no de grano entero. De primero de cocina… Segundo plato: secreto ibérico (descongelado) que estaba ok y mi plato: huevos con jamón y patatas. Huevos tan pasados que las yemas no estaban cuajadas, estaban tan secas que se desmigaban… Con lo que me gusta a mí la yema! Las patatas, tanto las mías como las de mi marido, llevaban cebolla… Pero se les quedó sin cocinar y crujía… Lo mejor y por lo que tienen tres estrellas y no dos o una: la alcachofa con torta del casar, que estaba rica, y los postres del
Menú también estaban ricos. El sitio en sí: fantástico, tómate ahí una cerveza mirando a la plaza, si acaso pide la alcachofa para picar. Luego ya mejor ve a comer a otro lado…

No probé las comidas de pinta apetitosa que aparecen en las fotos; simplemente nos sentamos a tomar algo mientras charlábamos y mirábamos pasar a la gente en la plaza.
Pedimos vino extremeño (¡bravo!) y de acompañamiento nos dieron un popurrí mejorable compuesto de pipas, garbanzos y gominolas todo en uno que, aunque no me entusiasmó, me comí religiosamente. Las sombrillas resultaron muy útiles a la hora de afrontar el tremendo aguacero que presenciamos aquella tarde.
La única pega que le pongo es la que ya he visto en muchos locales, desgraciadamente: la falta de personal. Con una sola camarera, por simpática que sea, es imposible no desesperarse a la hora de pagar, recibir tu bebida e incluso al ver su cara de agobio y sufrimiento. Le hubiese venido muy bien un poco de ayuda.

Nuevo local en plena Playa Mayor de Cáceres. Me sorprendió la decoración y el estilo del lugar, con muy diversos ambientes según vayas a tomar una tapa o a comer de manera más formal. Tiene terraza a la plaza, muy agradable para los días de buen tiempo. En cuanto a las tapas son las típicas que nos encontramos en los nuevos gastrobares, aunque todo lo que comí estaba bien ejecutado y sobre todo destaco los postres que estaban muy sabrosos.