La carta no es muy amplia, eso me gusta, no hay mucho donde divagar. Siempre que veo esto me viene a la mente la idea de que las materias primas no pasan mucho tiempo en los frigoríficos y congeladores, otro punto a su favor. También supongo que los platos están más trabajados y tendrán un puntito especial. Haciendo un poco de caso a las recomdaciones señaladas en la carta, pedimos calamares a la plancha, salpicón de marisco, caracoles y un par de montaditos. Todo estaba muy bueno. El camarero fue correcto y rápido, pero eché de menos una sonrisa de vez en cuando(por eso no le he puesto una estrella más). También tiene menú del día a la hora de la comida.