Es uno de los restaurantes más agradables que conozco. 3 plantas: Bodega(genial para ir con grupos), planta baja(restaurante propiamente), azotea-terraza fantásticas vistas a la ría, Guggenheim,. para tomar una copa y echar partida de cartas, dominó,… Comida vasco-navarra, excepcional parrilla y entrantes, así como los postres. Una carta de vinos clásica pero de alto nivel. No es barato, pero la relación calidad — precio es más que razonable. Hay que reservar antes. Lo recomiendo sin reservas.