De vacaciones en casa y restaurante de moda pendiente de probar, así que sin dudarlo reservamos una noche(muy importante reservar¡¡¡). Ambiente desenfadado y de decoración ecléctica, a mi me parece temática de fábrica, pero en la mesa teníamos opiniones diversas. Es en plan modernete, pero con raciones bien de tamaño. Son muy famosas sus hamburguesas. Fuimos cuatro personas. Los platos que pedimos: –de entrantes: croquetas de idiazabal, normalitas, y hummus, imprescindible pedirlo, estaba buenísimo — platos principales: solomillo, rico pero algo pasado; verduras a la plancha, también rica; lo mas destacable el atún rojo y la hamburguesa italiana. –postres: tarta de mascarpone con frutos rojos, muy suave y rica; pero sin lugar a dudas lo mejor la torrija con helado, riquísima. Llevaba un helado de sésamo negro que me impresionó de lo bueno que estaba. Con botella de vino y agua, todo fue 97 €, así que de precio nos pareció razonable. Destacar también la atención de la sala. Nos atendió una camarera muy maja, creo que dijo que se llamaba Melania. Le pedimos recomendaciones y la verdad que acertó en lo que nos comentó. Ah¡¡ los baños son unisex, aviso para que nadie se lleve ningún susto.