Nosotros fuimos únicamente al restaurante atraídos por su Estrella Michelin y por estar de visita por la zona y lo cierto que la comida superó toda espectativa y con creces. El comedor, super acogedor: paredes y techo de piedra abovedados, luces tenues, mesas decoradas hasta el último detalle y ambiente totalmente tranquilo y agradable. Pedimos el menú degustación. De entrada sorprende el original sistema informativo de lo que vas a comer: a medida que te sirven los platos te van entregando unos pequeños cartelitos en forma de flor que indican el nombre y la composición del plato y se van clavando en una cajita, diferente y divertido. Al final, igualmente te entregan, a forma de paquetito embasado, la carta de lo que has degustado con todas las explicaciones de contenido y procedencia de los platos. En cuanto a la comida qué decir desde el caldo de carchofa al lenguado con textura de almendra, pasando por la cigala aromatizada con romero o el ravioli de bogavante con cebolla y espárragos con esencia de nécoras y así hasta 9 platos decorados hasta el último detalle. Los vinos D.O.Q. Priorat y D.O. Penedès y un buen cava Torelló para amenizar desde el inicio la velada. Destacan los quesos todos de la comarca berguedana y un servicio super atento. La verdad, hemos probado otros restaurantes con 2 estrellas Michelin y nuestra impresión fue que no tenían tanta calidad como este. Muy recomendable.