Fuimos a cenar el viernes pasado a este restaurante de la zona del Arroyo de la Miel, en Benalmadena. Me llevo un amigo, que me dijo, vamos a comer donde viene los de aquí, tenemos que apartarnos un poco de estas calles. Verás como te va a gustar, lo poco que nos vamos a gastar y lo simpatiquísima que es la camarera. Entramos y nos sentamos, y justo en ese momento apareció un paisano local vendiendo unas tortas de aceite, … ni parecidas a las de Inés Rosales de Castilleja Sevilla. … a mi al principio se me hacían caras, pero viendo el éxito que tenían le compre también un paquete. Estaban buenísimas las desayunamos al día siguiente. Pedimos unas cervezas y nos pusieron un plato(literal) de boquerones como tapa, nos liamos a charlar y nos habíamos acabado los boquerones y las cervezas, … segunda ronda esta vez con unas gambas. Al final pedimos un montón, unas almejas a la marinera, una ensalada de pulpo, y uno de los bacalaos de la carta … a elegir por la camarera. nos dejamos recomendar, puesto que la especialidad de la casa son los bacalaos. De precio muy económico y con un ambiente muy familiar. Volvería seguro
Manuel L.
Classificação do local: 5 Córdoba
Cuando uno pasea por el Arroyo de la Miel, dentro de Benalmádena, enseguida cae en la cuenta de la enorme cantidad de restaurantes, taperías, heladerías, cocinas del mundo, etc etc etc que inunda sus calles. Muchas de ellas son franquicias, eso sí, como suele pasar en todas las ciudades costeras con turismo ávido. Recorriendo su avenida principal, me preguntaba si quedaría algo con vida de la antigua Benalmádena, el viejo pueblecito situado en la montaña a pie de mar, que pudiera haber perpetuado la tradición de la cocina casera bien hecha y con regusto al mar desde un punto de vista más personal y menos comercial. Pues bien, gracias a una gran amiga que conoce la zona, me dispuse a buscar más allá de la avalancha de fast food y me sumergí en una red de callecitas pintorescas en pleno Arroyo de la Miel. Allí, en una de sus esquinas, di con mi objetivo. Mi amiga me había recomendado el Tío Blas. Lo primero que piensa uno cuando llega es que va a entrar a un bar de barrio. Se trata de un pequeño mesón regentado por una familia casi en su totalidad. Destaca el buen ambiente que reina aquí siempre, toda la gente es muy cercana y los empleados se esfuerzan en ello. Si te gusta compartir unas risas y comer con buen humor, éste es tu sitio. También llama poderosamente la atención que el local es muy chiquito. Las mesas que tiene se cuentan con los dedos de la mano y eso me hace recomendar que vayas con tiempo… ¡porque se llena! Lo que asombra de verdad de Tío Blas es su exquisita cocina y eso es un gran reclamo que hace que, como no estés despierto, tengas que guardar una buena cola. Una carta ilustrada te muestra todos los platos de los que dispone. El mundo del mar está ampliamente reflejado, aunque también tienen carnes y arroces. De hecho, los sábados suelen hacer paella y los miércoles, jueves, viernes y sábado son días de mariscada. Te aseguro que pruebes lo que pruebes, no te equivocas: sus especialidades van desde el bacalao a la plancha, al pulpo a la gallega, las gambas y los langostinos cocidos y los pimientos del piquillo rellenos de filetitos de atún. He ido ya varias veces y entre todo lo que he probado el(revuelto de pulpo, el bacalao con salsa de coquinas, la tosta de jamón y aguacate, las almejas al limón…) no sabría por qué decantarme. No es que la carta sea enorme pero todo lo cocinado es casero y es bueno. Y también eso sí, servido con un gran humor. Yo creo que el sitio es perfecto si quieres comer de verdad algo con autenticidad de los orígenes de Benalmádena pueblo. Por poner un pero, sería las pocas mesas que tiene, aunque creo que también es bueno que sea así, ya que hay negocios que se estropean cuando amplían y desean vivir de las rentas. El trato personal y la cocina con dedicación son sus destacados exponentes. Y por ello lo recomiendo encarecidamente si huyes de la comida fast food habitual.