La verdad es que no soy yo muy amante de estas cosas. Lo de tomar el sol en cabinas, digo. En la playa… tampoco mucho. Pero reconozco que una piel con algo de color es mucho más atractiva que la «blanca palidez» que estaba de moda a principios del siglo pasado. Por eso, y porque estar algo morenitos te hace sentir más saludable y más guapetón o guapetona, unas sesiones de solecito artificial no están mal, pensando en prepararnos para el verano. Con mucho cuidadito, siguiendo recomendaciones de dermatólogos y especialistas, aquí tenemos una buena opción para no parecer gambas el primer día de playa. Que eso, aparte de no ser nada bonito, duele…