Nora

This place looks like a whole in the wall, but it is pretty good and the price is right.

De buenas a primeras, el Bar Nora parece un sitio al que no entrarías ni para refugiarte de una tormenta de granizo radiactivo. A mi me basta con ver su inexplicable letrero duplicado para empezar a ponerme nervioso. Su interior no es especialmente luminoso ni acogedor, ni su escasa parroquia está formada por gente particularmente parlanchina ni festiva.
De hecho, la única opción razonable a la hora de recalar en el Bar Nora consiste en quedarse en la terraza a disfrutar del sol y esperar a que la camarera venga a prestarte atención.Y sin embargo, el sitio se guarda un as en la manga: cubatas tremendos. Sí señor.
Las opciones son limitadas: no esperes poder tomarte un gintonic de Tanqueray ni un roncola de Havana 7. Pero pidas lo que pidas vendrá con una proporción espeluznante de alcohol. Y lo mejor de todo: a 4,50 la pieza. Ideal para ahogar las penas un viernes a fin de mes, después de una semana especialmente mala, o para ponerse a tono antes de salir a liarla.