Es de esos días que descubres in día con ganas de sidras con unos amigos y acabas descubriendo un rincón que anima a una charla relajada, distendida y regada con el delicioso zumo de manzana fermentado. Lo mejor de todo es la terraza que tienen en el interior. Es grande(entran unas 30 personas), con mesas y sillas con patas de hierro forjado, un banco corrido, un parrilla al fondo que, por las tardes, lo lleno todo de ese olor delicioso carne asada. La atención es correcta aunque a veces, si tienen jaleo, se les olvida alguna comanda, lo suelen compensar muy bien y con amabilidad. He ido ya, un par de veces y me sorprende tanto el precio(unas costillas de cerdo son 10 € y vienen con un bote de chimichurri), la ración de chipirones anda sobre los 6,50 € y la sidra 2,50 € la botella. Para la zona que es, está muy bien de precio ya que son raciones generosas y está buenísimo. Todo muy de casa. El local en sí, no es muy grande, a pesar de la terraza y suelen tener sitio, ya que no todo el mundo conoce su espectacular terraza y se quedan solo con el local pequeño. Yo recomiendo o ir en con tiempo(hacia las 8 o asi) o si se va de noche, reservar porque si no, se llena y no hay hueco. Es uno de esos imprescindibles que hay que visitar si vienes por la villa del adelantado y quieres probar una sidra más o menos curiosa(Trabanco) acompañada por unas tapas caseras.