Este es uno de los muchos sitios clásicos para tomar el vermú en Avilés; de hecho el vermú es su bebida típica(receta secreta compartida solo por otro local en Asturias) y está muy bueno, pero también ves a los parroquianos tomando mucho Tío Pepe y el resto de sospechosos habituales. De aperitivo siempre ponen lo mismo: patatas fritas a la inglesa, pero hechas por ellos en vez de salidas de una bolsa de plástico, siendo el resultado final un intermezzo entre nuestros los dos conceptos diferentes de patatas fritas(las inglesas y las francesas, ¡lucha de civilizaciones!); atención, son altamente adictivas y nada recomendables para el panículo adiposo. Lo malo de este sitio es que es tan clásico que, como no tomes posiciones a media mañana de un fin de semana, conseguir una mesa o siquiera un hueco digno en la barra es una tarea hercúlea, y si sale un rayito de sol ya no os quiero ni contar, que se pone la terraza de bote en bote a pesar de que es inmensa.