Muchas de las veces, no puedes elegir el sitio al que ir, ya que te ves arrastrada, por los que son de la zona que estés visitando o por simplemente no sé bien por qué. Ahora bien, si algo tienen que aprender en mi tierra son las buenas costumbres de otras zonas, como Andalucía o Madrid en cuanto a tapeo se refiere. En este caso, antes incluso de pedir, ya nos estaban sacando tres raciones gigantescas de tapas gratis: tres mini hamburguesas; patatas con chorizo y, la última de pescado rebozado. Como nos pareció poco para los que estábamos sentados en la mesa, decidimos acompañar el pedido con dos sandwiches especiales y una ración de rabas. ¡Vaya ración de patas! Eso no se acababa nunca. Creo que incluso aún estoy teniendo pesadillas en las que unas patas de calamar me atacan. Nos quedamos esperando la llegada de unos cubiertos que parece que no existan en Los Verdes. Como todo llevaba un «rebozado light», y a falta de cubiertos, tanto la carta como la mesa resultaban un tanto más que pringosas. Afortunadamente no fui la que pagó, porque me pareció un poco caro para lo que en realidad habíamos pedido, y más teniendo en cuenta que nos llevábamos litros de aceite encima de regalo y que apenas les íbamos a gastar el Fairy con tanto cubierto, pero bueno. Así que si eres de los que no te resulta desagradable comer con las manos, o coger una carta pringosa, o notar que la mesa está igual de aceitosa, este podría ser tu lugar ideal, pero desde luego no es el mío