Es verdad que esta situado en un sitio un poco difícil de encontrar, pero la verdad es que merece la pena. El restaurante tiene un ambiente moderno y que para nada pretende parecer el típico restaurante italiano turístico, lo cual se agradece, ya que si realmente te gusta la comida italiana, los camareros no tienen que ir disfrazados de gondoleros… jejeje. La atención fue impresionante, pendientes de nosotros en todo momento, y haciendo continuas recomendaciones. El dueño, un tipo encantador, se preocupa por que todo salga bien y eso se nota en todo momento. Pedimos un poco de todo para probar y todo estaba a la altura de las expectativas… pasta fresca con salsas perfectamente elaboradas, y las pizzas simplemente espectaculares. Además en general los precios son bastante asequibles. Como suelo decir, toda una buena recomendación.