Este sitio abrió hace unas semanas cerca de casa de una amiga. Parece un restaurante americano al estilo del Tommy Mels, decoración y ambiente de los años 50, hamburguesas, perritos, pizzas, brownies… Los precios son razonables, ya que una hamburguesa con patatas viene a costar lo que un menú del macdonalds y, en teoría, la calidad será mucho mejor. En teoría. Porque no he podido averiguarlo. Esta tarde, al caer la noche, fui con mi amiga, sus hijas y mi hijo para coger mesa y cenar sin prisas. Eran las 8’30. Nos dijeron que en ese momento no había mesa pero tendrían una en cosa de cinco minutos. Tomaron mi nombre y mi teléfono, y me dijeron que si no nos importaba dar una vuelta enseguida me llamarían para avisarnos. Hay un parque enfrente así que fuimos ahí para estar cómodos mientras esperábamos. A las 9’15 decidimos que ya era tarde como para buscarnos otro sitio para cenar, así que nos fuimos cada uno a su casa. Son las 21,50 y por supuesto no han llamado. Así que no sé si la comida que ofrecen es buena y se corresponde con el precio. Y no voy a molestarme en averiguarlo. SI no tenían mesa lo lógico es decir«lo sentimos, no tenemos mesa, tenemos reservas para varias horas». Yo lo entiendo, ceno en otro sitio y ya probaré otro día. Pero si me dicen que sí va a haber mesa, confío en ello y me quedo sin cenar considero que me han tomado por tonto y NOVUELVO. Si en un sitio me ofrecen una atención así de deleznable, yo habré perdido una noche, pero ellos han perdido un cliente. Actualizo la infomación: me acaban de llamar AHORA. Una hora y 40 minutos después. Y se han sorprendido porque no he esperado ante su puerta de buen humor