Hay carteros que no entienden que hay bloques todavía, y los seguirá habiendo, en los que no hay ascensor, pues bien, vengan con una carta urgente o con un paquete que tienes que recibir no subirán a dejártelo, ni siquiera llamaran al timbre, dejaran el aviso para q te pases por la oficina al día siguiente. Mas tarde bajaras a tu buzón y encontraras el aviso y otras 5 cartas que no son tuyas pero que te las coloca en tu buzón, y no serán siquiera de tu portal, serán de otros de la misma calle, bien, pues si llamas y te quejas 50 veces al final te harán caso, incluso puede q tengas suerte y los dos próximos paquetes te los entregue el tonto del jefe de sección, en un intento por demostrar lo eficaz que es y lo bien q funciona todo. Mas tarde el cartero ya t entregará las cartas y los paquetes, pero eso si, tendrás que aguantar q te fría el timbre con sendos timbrazos de 10 segundos y que al subir nada mas abrir te imponga la frase en malas formas de ‘firma aquí’, se ira sin decir adiós con una cara de mala ostía que no se la salta un galgo. Tu le llamaras la antención en repetidas ocasiones, haciendo acopio d toda la educación que te dio tu madre y tu padre, pero llegará un día en q saltes y se la lies pero bien, y con razón, por esa falta de profesionalidad, por esa desidia al hacer las cosas y encima chulería, por q lo q no saben nuestros amigos de correos es que pa’ chulo tu. Pero bueno, si hay carteros q no pueden subir escalones q los jubilen o q vayan a zonas de ascensor, por que mi paquete me lo entregas en mano. Punto. tiempo al tiempo. Por otra parte, el servício en oficina es muy bueno, rápido y eficaz. Bonita historia. pues así es.