Rue de Louvain

¿Cuándo perdimos el norte definitivamente como civilización? ¿Cuándo lo perdió el artista? ¿Cuándo lo perdí yo? Son las preguntas que me vienen a la cabeza con el arte urbano incomprensible e inaccesible para la mente de un psicópata como yo, pero estamos en la surrealista Bruselas, así que…
Esta calle con sus hierros naranjas enmarañados y sus bancos naranjas y su camino naranja que conduce a la puerta del edificio contiguo está justo detrás del parlamento belga, en una zona en la que los fines de semana solo pasan las plantas rodadoras y los mutantes de las alcantarillas. Yo estos desarrollos urbanos europeos en los que zonas enteras se mueren cuando no hay actividad no los entiendo, pero tengo la suerte de haber leído mucha ciencia-​ficción y sé que vamos por el buen camino hacia la distopía más oscura, ¡viva!
Pero oye, he de admitir que la decoración de esta calle, a pesar de su impenetrabilidad conceptual, me hizo cierta gracia y le aporta color a una zona que, de tan gris, sólo podía estar llena de edificios político y administrativos.

La rue de Louvain, celle que j’appelle la rue orange, c’est mon passage préféré de Bruxelles. Dès que je peux, je passé par là. Je traverse cette petite allée recouverte d’étranges arbres orange vif. Ils me protègent de la pluie, des rayons trop intenses du soleil (plus rare). Mais quoiqu’il arrive, ils me mettent toujours de bonne humeur.
Un chouette détour à prendre, si l’on veut rejoindre l’Avenue des Arts depuis la rue Royale (et inversément). Et si on est fatigué, on peut même s’assoir sur un des petits bancs sis sur la passerelle (orange) avec un bon bouquin fraîchement acheté chez Filigranes. Elle est pas belle la vie?