Esta fabrica de pastas empezó con lo básico. Ahora, para nuestro placer(y el de nuestras panzas) agregaron panadería. Tenes toda la variedad: tallarín, ravioles, capeletini, lasaña, ñoquis, salsas que te salvan porque parecen caserisimas, como todo en sí. Recomiendo los ñoquis. Mitad de papa y mitad de ricota, son livianos y vienen marcados con tenedor(!). Soy de las que no le gustan los ñoquis cuadrados u otra forma no familiar. Las pizzas otro fuerte, te venden las pre-pizzas o las listas –te las dan para meterlas en el horno *guiño guiño*- Tenes napolitana, con jamón, de cebolla o mixtas(miti-miti) y muzarella o queso fresco, les doy un 10+. Las medialunas son de otro planeta. Es mi parada obligatoria cuando vengo al Oeste. Eso si, se terminan muy pronto, ya todos los del barrio saben a que hora están calentitas y recién echas. Después hay variedad de facturas, pan, cosas saladas y según la época, pan dulces, roscas y demás. Siempre te atienden bien y te preparan las cosas en el momento. Tenes la parte donde trabajan vidriada así que chusmeas todo el proceso. Y como todos en la zona, abren temprano cierran al mediodía y vuelven a abrir después de la siesta, o sea a las cinco justo para el mate.