Mi Ropa es Tu Ropa

Muchas veces pasaba por éste local y siempre me llamaba la atención lo alta que es la vidriera, cosa rara porque uno para ver la ropa tiene que elevar la vista. Pero se ve que lo que puede llegar a parecer una desventaja, se transforma en un sello distintivo que provoca curiosidad. Así que una vez que pasé con tiempo me decidí a entrar. Me encanta la ropa que venden, que es una mezcla de elegante, sobria, moderna y delicada. Es ideal para mujeres jóvenes, podés conseguir ropa para trabajar si lo tuyo es la oficina, ropa casual pero arreglada, y vestidos y accesorios para fiestas ultra formales.
Si bien no es muy barata la ropa, de vez en cuando hacen ferias ahí mismo, en el show-​room, con prendas de temporadas anteriores, discontinuos, que se abonan sólo en efectivo.
En general trabajan con una gama de colores acotada, pero con unos detalles y terminaciones que le dan un toque de distinción muy acertado.
Si me preguntan un lugar de donde me gustaría que me hicieran un regalo, definitivamente éste está entre mis opciones más firmes.

Cuando apenas abrió su puerta este tienda ropa pintaba ser genial, pero a los años dejo ver su hilacha. Ojo por ahí fui yo quien tuvo mala suerte, resulta que compre un par de remeras y un vestido, una de las remeras después de la primer lavada se estiro, la otra tenía unas lentejuelas cosidas que lentamente se fueron despegando y el vestido resulta que cuando lo lave destiño (por suerte lo supe y lo lave a mano, así todo destiño). Razón por la cual deje de ir.
Este local es de unas diseñadoras independientes en sus orígenes proponían básicos muy cancheros en la gama del blanco y negro, trabajan en su mayoría con telas de algodón, hoy han ampliado su repertorio y tiene varias diseños con telas ya no solo de algodón lisas y estampadas. Han incorporado también vestidos de fiestas, cuando iba lo bueno eran los calces de su modelos y la variedad de los mismo, es una ropa muy fresca, de estilo súper relajado, sport, cómodo y canchero.
Recuerdo que solían tener un escrito que decía, Mi ropa es tu ropa está orientada hacia una mujer que sabe que cuando se viste está contando algo más de ella misma.

A este local fui una vez que buscaba algo que allí no había (un vestido para un casamiento), pero igual me encantó. Creo que entré por la onda clásica que se dejaba ver desde la vidriera.
Colores amenos a mi retina: azules, blancos, negros, grises. El piso barridísimo cual pista de baile. Percheros organizados, un lujo.
La vendedora, una masa. Intentó ayudarme con lo que yo necesitaba, pero ni hubo chances. No era el lugar para comprar un vestido de fiesta. De todas formas, me encantó un remerón amplísimo, que a mí me hubiera servido como vestido y quizás otra lo hubiera aprovechado como remera (creo que era talle único) y me lo hubiera llevado, pero, atención, el precio era bastante elevado (cerca de $ 500, al menos lo es para mí), por eso me llama la atención que en las reseñas anteriores le hayan puesto las tres B. Quizás era justo esa prenda.
De cualquier modo, volveré, porque si no es tan caro como dicen por acá, es un local que-​me-​encanta y que puede llegar a ser primera opción para toda la vida. Unilocal a veces te abre los ojos…

«Lo bueno, si breve y barato, dos veces bueno!», o algo así decía el refrán, cuestión que para empezar a hablar del negocio de indumentaria femenina, ubicado en Pte. Roca 888, comenzaría diciendo que es realmente un lugar céntrico, pero con precios de barrio. No pasan dos semanas sin que mi esposa quiera pasar a tarjetear algunas remeras básicas para estar «siempre divina y cambiante» (¡qué bueno que los hombres somos de Marte y no de Venus como las mujeres!), según textuales palabras de ella. De cualquier modo, este comercio puede convencer a cualquier esposo, porque es realmente bueno poder vestirse con ropa de buena calidad y siempre con la última moda, y a un precio que no es para nada excesivo. ¡Me salió el tacaño que hace 4 años vengo escondiendo con mi esposa! ¡Ajajajaja! En tu Ropa Es Mi Ropa, la chica que atiende (empleada hace ya varios años), es muy dulce, y capaz de convencer a cualquiera con sólo escuchar todo lo que sabe de las prendas que allí se ofrecen, pero sin avasallarte ni preguntarte cada 30 segundos «¿Y, cómo te fue?», como lo hacen algunas vendedoras a mi esposa –cuando me digno a acompañarla, claro– que la trastornan cuando está en lo mejor del vestuario viendo cómo le sienta un vestido frente al espejo.

Este es un local que encontré por casualidad, y como decimos con las chicas, cumple las tres «B», bueno, bonito y barato.
Por lo general son ropas básicas. Existimos las monocromáticas que sólo nos fijamos en modelos de remeritas, pollera y pantalones, y nunca en el color. Siempre vamos a lo mismo: blanco y negro, y muy de vez en cuando, un gris.
Por eso es que me encantó y adopté esta tiendita. Tiene todos y cualquier modelo de lo que imagines. Polleras así y asá, pantalones largos, cortos, debajo de la pantorilla, y de amplios talles. Pero lo que tienen en común, es que todos y la gran mayoría con los clásicos colores. Nada de andar con cosas fucsias, o verdes y amarillos flúos. ¿Qué es eso?
Cada dos por tres hacen descuentos importantes al margen de sus épocas de liquidación. Los precios están súper acomodados al bolsillo de las rosarinas, y aceptan todas las tarjetas de crédito.
La zona es medio caótica para ir con auto, pero no os preocupeis, en frente hay un estacionamiento. No es nada barato, pero esta tiendita no te lleva mucho más que una hora. Asique te recomendaría que lo incluyas en el presupuesto que tenías pensado gastar. Si vas a pié, mejor aún. ¡Te podes comprar otra remerita! ¡Chan!