Un clásico, el Pato Lucas. Sus chimeneas desprenden ese olor a pollo que a eso de las 19 hs. vuelve locos a los perros, y a los humanos. Los años de experiencia no le vinieron en vano a esta roti, que sabe asar el pollo y freír las papas de manera muy rica. Lo sé, porque en varias reuniones familiares el Pato Lucas solucionó el apuro por la comida, sin ir en desmedro del sabor. Además del pollo, probé las pizzas, y también quedé conforme con su sabor a comida casera. La rotisería y brasería está en una ubicación muy piola, casi en la esquina de Donado y Mendoza. Para quienes andan en auto, sepan que no se puede frenar en la puerta –aunque muchos lo hagan– porque hay parada de colectivo; sin embargo, se puede estacionar a unos cuantos metros, cruzando Donado, y chaupichu, como dicen los jóvenes hoy en día. El delivery se toma su tiempo, por lo que conviene anticiparse con al menos una horita al momento de la cena, o el almuerzo.