Dulcinea Confiteria

Esta panadería rosarina lleva el nombre de la dama de la cual estaba enamorado Don Quijote en la famosísima novela de Miguel de Cervantes. Se encuentra emplazada en Av. Pellegrini 1229 (entre Mitre y Entre Ríos), está allí desde que yo recuerdo y su eslogan lo confirma «Una historia de cosas dulces».
Es un clásico en las reuniones familiares que haya al menos un paquete de dulcinea, las facturas de allí son muy ricas, a mí me gustan en particular las de crema pastelera. El local es pequeño pero tienen una gran variedad de productos, me atrevo a decir que su especialidad son las cosas dulces, tienen tartas y tortas que te van a conquistar con sólo mirarlas, tartas toffi, tartas de frutas, tratas de frutos secos y tortas con cremas y mousse bomba!!. También tienen masas secas y masas finas, podés ir eligiendo las que más te gusta mientras te arman tu pedido (estas se venden por peso generalmente).
La atención es buena, y si bien siempre hay clientes en el local te atienden rápido. Los precios pueden resultar más elevados que en otras panaderías, pero te recomiendo que pruebes alguna de sus cosas dulces porque son muy buenas.

Dulcinea es esa panadería que te tienta con el aroma a medialunas en proceso de cocción cuando salís de bailar de la Casa de Cristal y te caminás Pellegrini buscando un taxi o algo que comer.
Es una panadería pequeña pero que tiene de todo, facturas, chipa, pan de varios tipos, tortas, bizcochos, bastoncitos de queso, masas. El área de facturas es autoservicio, lo que hace que la compra se haga más rápida, con menos espera (aunque nunca que fui había mucha gente). A mi me encantan las medialunas saladas, ni hablar si las agarrás calentitas; son una adicción. El pan, en cambio, hay que pedirlo, lo mismo que las tortas, que nunca he probado (siempre estoy de paso) pero que tienen muy buena pinta y me las han recomendado.
Los precios son promedio, como en todos lados y la atención es muy buena, simpática y familiar; el chico que atiende me ha gastado alguna broma más de una vez cuando he entrado a comprar facturas con apuro mientras esperaba el cole que ya estaba por pasar.

Esta panadería es súper recomendable. ¡Vende unas facturas mortales! El lugar es chico y agradable, también esta muy limpio. Detrás del mostrador, cuando se abre la puertita, un deleite de sentidos. Podes ver a los panaderos con sus uniformes blancos impecables y el aroma a pan que te invade y te hace rugir el estomago del hambre.
Si lo que queres comprar son facturas, es auto-​service. Las facturas son chiquitas pero muy muy ricas. Te aseguro que hay de todas las variedades que se te ocurran. El pan calentito y las tortas se las tenes que pedir a la empleada. También hay chipa, palitos de queso y muchas otras cosas deliciosas. El sabor y la calidad de los productos son excelentes. Entre las tortas podes encontrar la de mil hojas, la de mousse de arándanos y mí preferida, la torta tofi.
Eso si, ¡tenes que ir temprano porque siempre se acaba todo!
Considero a esta panadería como la mejor confitería de Rosario…