El Querido

Necesito inclinar la balanza de las reseñas de este lugar.
Yo soy de barrio, entonces me gustan lugares como esta pizzería, crotos jaja. Es eso, una pizzería de barrio, atendida por sus dueños, un matrimonio jujeño aparentemente, así que el ritmo es otro. La atención es buena. La ubicación es genial, la esquina de Costa Rica y Acuña de Figueroa, frente a la plaza. Tienen mesas afuera, ideal para estas nochecitas de primavera verano, y lo más importante, la calidad de la pizza es buenisima: MUCHA MUZZARELLA CHORREANDO ACEITE, que es lo que verdaderamente importa. Y los precios, una ganga, algo de ⁸⁰⁄₉₀ la muzza.
Conozcanlo, sin esperar nada de lo que podes esperar en Palermo, es un pedacito de normalidad entre tanto brisho palermitano.

Llegué arrastrada por un amigo que me prometió que iba a comer las mejores empanadas de la zona. Como es habitué se encargo de pedir mientras esperaba afuera sentada al sol (lo mejor del lugar). Probé las empanadas fritas de queso y cebolla y carne, y dejaron muchísimo que desear. Masa gruesa, relleno poco sabroso. Y las repetí toda la tarde. Esquinita bastante olvidable a mi parecer.

La idea era caminar una hora alrededor de la Plaza Unidad Latinoamericana pero a la segunda vuelta las luces de néón de El Querido nos tentaron y terminamos sentados comiendo pizza. Nada de grandes pretensiones, no se vayan a creer que por estar en pleno corazón palermitano esta esquina suda glamour. Todo lo contrario, acá si querés comer te tenés que autogestionar el morfi.
Tampoco abunda la simpatía ni el esmero por satisfacer al cliente pero por $ 50 se puede disfrutar de una botellita de Coca Cola light, dos porciones de muzza y una de fainá. Si vas con mascota podés sentarte en las mesas poco estables de la vereda y ver pasar al vencindario mientras pasea a sus canes de raza. Digamos que no te vuela la cabeza pero te saca el antojo, no es poca cosa.