No soy mucho del pancho, quizás si lo armamos en casa con todo el amor del mundo le encuentro un encanto, pero en general le esquivo a las salchichas. Igualmente he caído en reiteradas ocasiones en el mismo pecado, empujado muchas veces por la insistencia cavernícola de algún cavernícola amigo. Es mentira que los amigos son buenos consejeros. Andres Cavernicola vive frente a Plaza Alberdi y en su casa nos juntamos los miércoles así que alguna vez hicimos nuestra visita a Pancceto, el puesto de Panchos que está sobre calle Felix Frias en la Plaza. Si se le pueden atribuir algunas virtudes con una mirada realmente generosa, ellas son la lluvia de papas, el precio y la rapidez en la atención(pareciera que nunca hay nadie comprando). Lo que es imposible no atribuirle son cosas negativas: no tienen variedad en salsas, el pan es demasiado grande para el tamaño de la salchicha y la salchicha es de naturaleza muy desconfiable(pero bueno, quien no dudaría de una salchicha), el pibe del puesto no tiene muchas ganas de estar en ese lugar y venderte con entusiasmo lo que vende. Es muy difícil recomendar un puesto con estas características.