Estaba buscando un lugar para desayunar y lo descubrí, me pedí unas medialunas que estaban geniales y me tomé un café. Otro día pasé y leí en la pizarra de afuera que se podía almorzar y entre las sugerencias decía «Sándwich de bondiola», al leer eso entre sin dudarlo, me pedí el sándwich y estaba muy bueno, no era una locura pero me comí dos sándwiches de bondiola y un licuado por menos plata que una Big Mac, gustos son gustos, yo me quedo con el sándwich de bondiola. Volví otras veces y fui descubriendo las tartas, tortillas y otros sándwiches. También probé chipá, y es el mejor de la ciudad sin lugar a dudas, lo hacen con mandioca, es el posta posta! El lugar es muy prolijo, tiene una onda«reciclaje» con mesas, sillones y decoración, todo hecho con pallets, o cajones de madera. Las chicas que atienden siempre están de buen humor, y eso a la mañana es un golazo porque te re levantan el ánimo con algún chiste o algo. Lo único que le encuentro de malo es que todavía no aceptan tarjetas, los precios no son elevados, pero si sos un estudiante como yo que a veces se olvida de pasar por el cajero esta bueno poder salvar el desayuno con la tarjeta de débito.