La Romalda Multiespacio

Fuimos a un cumpleaños y hubo mucha comida y bebida gratis, así que no podría reseñar objetivamente esos aspectos del lugar.
El lugar es una casona reciclada cuyos espacios están aprovechados de una forma medio extraña. Al entrar hay un café y al lado hay un local de carteras… subís y hay un barcito y otro local, etc… creo que eso es lo que se supone un «multiespacio», el problema es que el espacio del barcito era medio chiquito para estar.
No probé los tragos, la comida estaba rica y abundante.
El baño es re lindo =)
No creo que vuelva si no es a otro cumpleaños, pero puede ser una buena opción si vivís por ruta 20 y querés escaparte a tomar algo cerca del barrio.

Terminé en este lugar de casualidad por el cumpleaños de un amigo. Es medio raro porque cuando llegamos tenía más pinta de café para ir a chichonear (?) que de bar.
Es una casa de, asumo, los 50 – 60 y está bastante dividida en espacios pequeños, lo cual está bueno para evitar ruido y griterío cuando se llena, si es que se llena.
La atención… no sé, no sé si fue por que los cumpleaños no son su fuerte pero era más como si no estuvieran acostumbrados a atender a esa hora o mas corte bar que incompetencia. No estuvieron mal pero tampoco bien.
En cuanto a la barra, muy pobre, tenían una sola lata de tónica y con ella prepararon un gin tonic bastante flojo.
Concluyendo, iría a tomar el té alguna tardecita a ver si como café funciona mejor. Tenían algunas tortas con buena pinta.

«Mulitespacio» es un eufemismo, es más multi que espacio.
Bueno, tal vez fue que el lugar no está preparado para este tipo de eventos. Fui a un cumple y si bien en términos generales estuvo correcto, podría haber estado más piola. La oferta de bebidas alcoholes era escasa, y el gin tonic que tomé era tan feo que me complicó la noche para seguir bebiendo, además de caro (80 pesos, por un gin tonic fiero, nacional y mal hecho, con la excusa de que era doble porque tenían una sola lata de tónica).
Compensó bastante el hecho de que había cositas para picar, muy buenas, un guacamole sobre tostadas
Además, había otras cosas raras, como que en la habitación del lado de lo que seríà la parte de bar al lado, alguien había merendado un carlitos a la tarde, y una mitad quedó ahí, espectante sobre su futuro hasta el fin de los días.
Bastante por mejorar en este aspecto, no pudimos apreciar sobre la parte de cafetería o la parte de ropa, porque a esa hora estaban cerrados, pero tal vez, un día de estos, volvemos.
No creo.