La Galatea

Tarde de amigas, decidimos ir a éste lugar por recomendaciones.
El lugar ubicado en una esquina, al lado de Vidon Bar, es bonito, limpio, amplio y concurrido.
Mesa lindas, sillas blancas, un pequeño y lindo patio.
En un rincón venden artículos de diseño (eso dicen).
La Carta es Hermosa, muy monona, pero… con poquito para ofrecer.
Pedimos smothies que estan muy Ricos: uno de mango, naranja y durazno y otro de maracuya y anana.
Pedimos sándwich de pan de campo, salame de la colonia, queso y aderezos, horrible! El pan no era de campo, el Salame no era de la colonia y el aderezo eran sachetcitos de helmans.
Las tartas que ofrecían son de AF no se veían frescas.
Me preguntó: pensaron en la decoración que es bella, en la imagen, porque se olvidaron de lo más importante que es lo que van a vender? Hacer cosas caseras, si es poco por lo menos que sea de la mejor calidad.
Voy a volver, espero que crezcan y les vaya recién, ahí le sumó estrellas

El lugar otorga una opción divina para las tardes de plaza y paseo en Alta Córdoba. El ambiente es muy cálido y cuidadosamente decorado con bellos colores y objetos.
Suelen colocar un pizarrón en frente con promoción de café gratis si tu nombre coincide con el que publican en tiza.
Vuelvo cada vez que quiero cortar la tarde con un ambiente relajado.

Hermosa decoración, sencilla, no muy recargada. Hay sillones para personas que necesitan mas comodidad que la de las mesitas comunes. Linda variedad en la carta, los licuados me tentaron mucho, para comer salado y dulce. Los precios no me parecieron elevados, bastante abundantes las porciones.

La Galatea esta ubicada en una típica casona de Alta Córdoba. La decoración tiene sencillos y coloridos detalles que le dan un aspecto luminoso. El día que fuimos había un evento (la presentación de un libro) pero a decir verdad no lo apreciamos porque nos sentamos en el patio. El mismo es muy pintoresco, lleno de macetitas y plantas (que se pueden comprar, a un precio algo excesivo). La atención fue muy buena, el mozo era amable y el tiempo de espera fue razonable. Tienen licuados originales, que mezclan varias frutas, como maracuya, kiwi, frutilla, etc. peeero no tienen todo lo que ofrecen en la carta. Pedimos una variedad de licuado y lo tuvimos que cambiar por otro. Con las tortas paso lo mismo, ofrecían varias, pero solo tenían chessecake.
Vayamos a los sabores, el chessecake vino en una porción bastante escasa, y para una dulcera como yo eso es un insulto. La cubierta y el queso estaban bien pero la masa parecía hecha con galletitas de baja calidad. Sentí terrible envidia del creppe de mi acompañante que era grande y tenia abundante jamón y queso. Caí es el estereotipo de novia ladrona de comida.
Podría ponerle 3 estrellas pero pasamos una linda tarde y creo que tienen voluntad de hacer las cosas bien. Además soy una nerd que le gusta la mitología griega y la leyenda de Galatea es bella.

Llegué acá por recomendación del dios de Unilocal.El lugar es muy llamativo desde afuera, bien iluminado y decorado.
Adentro estaba lleno y nos sentamos en el patio, es muy tranquilo y lleno de plantas (que si te acercás les podés ver el precio porque se venden). También tienen una mini tienda de objetos de diseño que le da un plus.
Tardaron unos 5 minutos en traernos la carta y después unos 20 en traer el pedido. Los precios me parecieron acordes a la calidad. Pedimos café con leche, dos medialunas, y dos «baguettines»: de jamón, queso y verduras y de jamón crudo y queso (todo $ 160).
Las medialunas, ricas. Los baguettines no le hicieron honor al nombre y terminaron siendo de un tamaño bastante decente y estaban ricos. Me pareció un buen detalle la mini palmerita.
Lo malo: el café tenía sabor a quemado. No soy de tomarlo con azúcar pero le puse para tapar ese sabor, igual no lo pude terminar. Queríamos pedir smoothies pero no les quedaban (?), y eso que fuimos a merendar temprano. Deberían avisar o indicarlo en la carta.

Para los que somos de la zona es imposible no mirar esa esquina blanca, luminosa y delicada sin que te den ganas de entrar (o por lo menos intriga de que pasa adentro) Dicho esto, x fin entre.
Adentro los espacios son cómodos, no muchas mesas y bien atendidas. Hubiéramos querido ir al patio (fui uno de los últimos días de calorcito y queríamos aprovecharlo), lamentablemente la música al palo de vidon nos hizo elegir una mesa adentro.
La carta bastante bien para merienda, pero como fuimos tarde queríamos algo mas tipo pre cena, no dulce. Tenían opciones wrappers, sándwichs y ensaladas. Lo que extrañe y me encantaría que hubiera es limonadas o tes fríos, lo mas cercano que conseguí fue el clásico jugo de naranjas exprimido.
Un párrafo aparte para la tiendita, no me pareció una locura, pero le da vida. Tenían un par de cosas originales y muy lindas. Y otras que parecieron relleno. Pero le doy la derecha, le da un toque muy cálido.
No es el lugar de mi vida, pero volveré.

Celebro que un lugarcito así haya desembarcado en Alta Córdoba. En la esquina conocida como «la esquina de Vidon», este lugar se mete entre los corazones de los locales.
Con venta de ropa, plantas y cositas raras, es especial para tomar café y torta. (Amé que se pueda pedir mitad de porción de torta).
Lo único que me hace ruido es que los «smoothies“son más licuados que smoothies. Error que cometen varios locales nuevos.
Pasen. Tomen un café y vean la vida por Alta Córdoba.

Me encantó el lugar, hacía falta uno así en el barrio ya no hay trasladarse al cerro.

Una nueva esquina, un nuevo patio, en Alta Córdoba.
Desde afuera La Galatea se ve tan bonita que resulta imposible no entrar. No decepciona, paredes blancas, pocas mesas, varios espacios cómodos, una tiendita con objetos de diseño en uno de estos espacios, Los Beatles sonando de fondo… Piola para pasar una tardecita de domingo como fuimos.
Aprovechamos que no había mucha gente así que nos fuimos al patio, que si la tarde de verano acompaña es un spot perfecto para terminar el finde, y aunque era tarde nos pedimos unas meriendas. Al margen de que los combos estuviesen bien, (Mafaldas, jugo y café con leche para uno y tostadas, mermelada, queso crema y queso senda para otro), nos sorprendió el precio, ambas meriendas 90 pesos.
Resta media estrella la atención, parecía que el mozo o era tímido o algo así.
El lugar abrió hace poco, así que vamos a seguir viendo que hay en ese menú para completar una experiencia super grata en esta esquina de Alta Córdoba.