Johnny B. Good

El servicio es pésimo. Lento, muy lento y poco profesional. La comida no es para nada acorde a los precios que cobran y la limpieza del lugar y el estado del equipamiento (mesas y sillas) deja mucho que desear. La verdad no lo recomendaria para cenar, solo para un picoteo y alguna cervecita.

Coincido con la reseña de Gon Kairuz. Veníamos haciéndole el aguante a JBG hasta hoy, que decidimos comer algo antes de ir al cine y nos llevamos tremenda decepción.
Pedimos unos wraps a los que les faltaban más de un ingrediente básico (por ejemplo, al que elegimos por la palta, le faltaba la palta y la salsa de guacamole, y al que elegimos por las alcaparras que acompañan al salmón, les faltaban las alcaparras), sumado a que el pollo estaba crudo, muy crudo.
Le advertimos a una de las mozas sin embargo no hizo nada al respecto y nos atendió bastante mal.
Encima el lugar no tiene WiFi, y tu paquete de datos ni te sirve por la señal pobrísima que hay.

Para ser un Johnny B. Good, es el peor de todos. Lo salva el que se encuentra adentro del shopping. Mi recomendación es elegir comidas poco elaboradas ya que las mas elaboradas no tienen ni cerca la misma calidad que en los otros locales que tiene esta cadena en Córdoba. Un lomito, un mix de pieza fritas o un wrap como el Pink Floyd (frío con salmón y verduras) son para mi las mejores opciones como previa para ir al cine.

Hacia mucho que no venia a esta sucursal. Domingo a la tarde, no mucha gente y mucha demora. Dos veces le pedí un vaso de soda y nunca me lo trajeron. Eso si, la calidad de la comida es única! Y eso compensa, en mi perspectiva, lo otro.

En general, le venía haciendo el aguante fuerte a esta cadena, hasta que llegó este día tan fatídico.
En un shopping, aunque te lo vendan como más sano o lo que sea, en general hay cadenas de comída rápida, y Johnny B. Good del Córdoba Shopping se planteaba como el más «restaurantoso» de los lugares, así que por eso (y porque habitualmente le hago el aguante) nos sentamos en una mesita.
El bar está entre el shopping y el patio de comidas, medio en el paso, a tal punto que una fila de mesas «externas» están sobre un pasillo del centro comercial, separando a los comensales de la gente con una cinta. Esto no es un problema, nos sentamos adentro, menos ruidoso, y todo bien.
El tema es cuando pedimos la comida… Un desastre, posta, nunca me imaginé que me iban a tirar con esto. Primero, una jarra de limonada con Jengibre y menta, la menta, estaba, el jengibre, bien, gracias. Además, agua azucar y limón en la jarra, nada de almíbar para que se mezcle y no quede un culo de azúcar abajo como cuando lo hacemos en la casa. 80 pesitos el invento.
Lo peor, pero lo peor, fue que me tenté con los «mac&chees» nuevos de la carta, claro, resto americano, como le van a errar. Bueno, fideos pasados, recalentados como comida de avión, una salsa aguadísima con gusto a nada, y lo más loco, en vez de macarrones (MAC AND CHIS), tenía mostacholes. Dejá, un asco, posta.
Para rematarla, un pan duro y seco.
Horrible experiencia en un lugar lindo y con atención decente.