Hotel Windsor

Muy buena coctelería. Ambiente tranquilo, muy buena atención.

Nunca tuve la suerte de pasar una noche en un hotel acá en Córdoba, porque siempre me tocaba vivir con una familia anfitriona, con amigos, o pararme en un hostel. La vida de estudiante no te permite gastar mucho cuando estás de viaje, así que ni pensé en averiguar por precios de un hotel.
Hotel Windsor es un hotel ubicado en pleno centro, pero muy cerca de Nueva Córdoba, así que es una ubicación muy deseada. Si estás de viaje, es perfecto porque tenés muchos lugares históricos bien cerca, y también para la noche estás al toque de muchos bares y boliches en Nueva Córdoba.
Este hotel cuenta con 75 habitaciones, las más chiquitas de 22 metros cuadrados, y la más grande de 58 metros cuadrados. Hay suites también, perfecto para la luna de miel o simplemente para disfrutar de un fin de semana con un ser amado. Todas tienen un estilo muy elegante y lujoso, así que te vas a ir sintiendo como la realeza.
A parte de sus habitaciones exquisitos, Hotel Windsor cuenta con un restaurante que sirve la comida del chef Roal Zuzulich. Cada plato en la carta es una obra maestra, y con la bodega de vinos que tiene, seguramente vas a salir satisfecho y más cultivado.

Antes de radicarme en Córdoba y cuando me tocaba viajar a la ciudad por mi trabajo, me aloje en una oportunidad en este hotel ubicado en pleno centro de la ciudad, a pocas cuadras de la Plaza San Martín y aún recuerdo mi breve paso de dos días debido a una diferencia que me sorprendió gratamente y no había visto en otros hoteles del país en los que me toco ir: en plena cena en su restaurante, de repente note que la música ambiente sonaba muy real, como si estuviese a escasos metros de mi mesa y de hecho lo estaba, ya que un señor de edad muy culto y refinado tocaba melodías clásicas sentado frente a un piano de cola, que se encuentra en un extremo del salón.
Recuerdo que ya habían transcurrido varios minutos después de terminar el postre y el café y yo seguía embobado escuchando, cual película de Casablanca en el momento en que Bogart dijo su emblemática frase «tócala de nuevo Sam» y continué en ese estado cuasi hipnótico hasta pasadas las 12 de la noche.
Con respecto a las instalaciones el hotel tiene las comodidades de un 4 estrellas, con camas cómodas, servicio de WIFI, mucama, lockers de seguridad, buen desayuno buffet, aire acondicionado, pileta y gimnasio para descargar las tensiones de fin de día laboral.
Para quienes no se alojan en el hotel, pueden sin embrago asistir a sus restaurante al mediodía o a la noche, con una carta interesante de vinos y platos, aunque hay que aclarar que las porciones no son abundantes y sus precios son bastante elevados.

Bitácora del caminante y sus paisanos
Hace ya 6 años que vivo en la ciudad de Córdoba, y siempre muy contento de la decisión tomada, descubriendo a diario una ciudad maravillosa con miles de propuestas, que me atrevo a decir sorprende de esquina a esquina, pasando por todos sus estadios, Córdoba romántica con su cañada y sus Tipas poéticas, Córdoba efervescente con sus bares de la cañada y el paseo de los artesanos, Córdoba la intelectual con su ciudad universitaria y este mundo aparte, intentando contagiar de este amor por la provincia a mis paisanos, norteños que por ahí no están acostumbrados a la vorágine de una ciudad que casi triplica a la suya, o mejor dicho a la nuestra, debo admitir que no me costó el cambio, que pude adaptarme perfectamente y hoy siento como propia la ciudad, con este ´ miedo ´ de lo nuevo es que una de mis amigas de la infancia venía a la ciudad con un grupo de trabajo y necesitaba hospedaje decente para todo su equipo, es así que recordé las excelentes referencias de este hotel, haciendo al estadía de estas personas muy agradable y por sobre todo muy atentos a sus moradores esporádicos!

Tuve el privilegio y la enorme satisfacción de pasar mi noche bodas en una de las elegantes habitaciones del hotel. Mi mujer y yo trabajábamos para la misma empresa por lo que el regalo de bodas de parte de la compañía fue más «contundente» porque valía por dos.
Luego de una entretenida fiesta (me casé un domingo al mediodía) emprendimos el camino hacia el hotel que quedaba en la otra punta de donde nos casamos, pero que importaba eso al final y cabo.
Al abrir la puerta de la habitación, nos esperaba en bandeja de plata con un balde con una botella de champán de primera, bombones, un ramo de flores gigante para mi mujer y una delicada tarjeta de felicitaciones. Sobre la cama super — super king size y super mullida con coquetos almohadones se encontraban dos toallas de mano bordadas con el logo del Windsor y una inscripción que decía «noche de bodas». La habitación con luces cálidas y los con los grados celsius justos era una bienvenida a una agradable velada.
Al despertar un frugal desayuno nos aguardaba.
La verdad qué ganas de irnos no teníamos pero nos esperaba un lindo viaje a San Luis así que luego de desayunar nos fuimos para luego volver en varias ocasiones pero para disfrutar de la exquisita cocina del restaurant.

Restaurant y Hotel
El Windsor Hotel es uno de los complejos de hospedaje de lujo más importantes en Córdoba.
Ubicado en un área recientemente modernizada, en el centro histórico, cultural y financiero de la ciudad, a metros de la Manzana Jesuítica, frente a la Iglesia San Francisco, rodeado de los principales atractivos turísticos y espacios culturales de la ciudad como teatros, museos y centros comerciales — y a tan solo 30 minutos del Aeropuerto Internacional Ingeniero Ambrosio Taravella– el Windsor es un hotel de categoría para cualquiera que quiera pasar una emblemática estadía en Córdoba.
No tuve la suerte de conocer y menos de hospedarme en el Hotel Windsor pero si fui a comer.
Con una ubicación privilegiada en el centro de la ciudad, un equipo de chefs reconocidos internacionalmente, productos de primera calidad y una variedad gastronómica que abarca desde pescados, pastas y carnes preparadas a la leña, hasta platos para celíacos y vegetarianos, el Restaurant Windsor siempre estuvo bien posicionado en el ranking gastronómico de Argentina.
Después de un acto universitario en el que el un tío era el protagonista, fuimos a comer con toda mi familia al restaurant del Windsor.
El menú ya estaba pactado con una tía que había contratado el servicio.
De entrada había una refinada y muy linda decorada ensalada de cebolla, cebada perlada y pimiento. De plato principal había varias opciones: lasaña de mariscos, salmón o carré de cerdo con guarnición. Yo me pedí el segundo plato: filete de salmón con arroz yamaní muy bien condimentado. Delicioso.
La atención fue –como no podía ser de otra forma– de primera.
Todos salimos muy conformes y con ganas de tener otra reunión familiar y volver al restaurant del Windsor Hotel.