Esta heladería/cafetería llegó a Campana para convertir una de las esquinas más feas del centro en chick y cool. Tuve la oportunidad de visitar este lugar pq tenía que hacer tiempo para el turno en el médico y necesitaba almorzar. Bueno, no es un lugar para almorzar ni cenar pq no hay variedad de cosas saladas, pero el baguette de jamón, queso, lechuga y tomate re contra zafaba. Es enorme y los ingredientes frescos. Acompañé con un café con leche, ya sé que no combina, pero tenía frío. El café riquísimo. Podes encontrar helado artesanal de todos los gustos que te imagines, tortas y tartas dulces, scones, medialunas y por el lado de lo salado: tostados de jamón y queso, y el baguette que pedí. Venden café, daiquiris(me pareció extraño q en una cafetería vendan daiquiris), te, etc. Me quedé muy con las ganas de probar las cosas dulces, que tienen una pinta bárbara. Con respeto a la heladería, de seguro este lugar es la competencia directa de la histórica heladería Real! y capaz hasta le gane por ofrecer variedad de tortas y cafés… En lugar es amplio, hay muchas mesas y la decoración es muy tierna. Sin embargo, van cuatro estrellas porque mi mesa estaba sucia.