Samy Records

La primera vez que entré a esta disquería fue hace unos dos años. Melómana como soy, todavía me acuerdo lo abrumada que me sentí ante tanta cantidad de discos.
El chistecito de «como niño pequeño en juguetería», a la enésima potencia.
Desde el primero del Puma Rodríguez, hasta ese inconseguible de tu banda preferida de metal escandinavo. En Samy podes encontrar de todo, y a la vez no sabes lo que podes llegar a encontrar. El local es muy grande, así que tienen bateas clasificadas, y además las ya clásicas ofertas en el medio del local, Av. Corrientes style.
Tiene de lindo que es una de las pocas disquerías de barrio que quedaron en pie después de la invasión noventosa de M*sim*ndo, y luego la incursión en la industria musical de Yenny-​Ateneo.
Personalmente, la conocí porque ahí venden entradas anticipadas sin costo de servicio de una banda que me gusta mucho (De La Gran Piñata, escuchen, no es PNT), y desde que fui la primera vez, siempre que puedo hacerme el tiempo para ir, prefiero comprar discos ahí antes que en cualquier otra cadena de las mencionadas que me quede de paso.
Otra cosa que adoro de Samy es que en su fanpage de Facebook van publicando los discos y dvd’s que le llegan. También podes consultarles si tienen el de los metaleros escandinavos por inbox, y te responden enseguida con disponibilidad y precio. Si no lo tienen y es conseguible, te lo encargan.
Hace no mucho los contacté por los vinilos de Soda Stereo y Gustavo Cerati que habían salido, y me dijeron que no podían venderme porque –atentis– ya tenían todo señado o vendido, pero que si se les daba de baja alguno me avisaban. A los dos días me escribieron diciendo que no, pero que en dos o tres meses las discográficas iban a hacer más tiradas. Dicho y hecho, sucedió, pero no pude comprar por falta de dinero. De todas formas, siguen siendo todo lo que está bien en el mundo.
Claro está que la atención es excelente, así que el desvío hasta Paternal valen todos los retrasos de tránsito y puteadas a los bondis que puedas tener.