Parrilla Don Niceto

It’s the best parrilla in Buenos Aires! It’s like a dive bar of meat. Parrillas in Buenos Aires are becoming a bit hip and more pricy while this place manages to have great quality at a great price. If you don’t speak Spanish then don’t count on anyone speaking English. (remember, they are there to serve meat to locals, and the locals speak spanish) Just point at whatever someone else is eating and get that. Or, just keep saying «carne» or «asado» and I’m sure they will give you something good.

Uno aprende a querer estos lugares. Incomodo, caluroso, cero «fancy», pero la comida es exquisita.
Una muy buena parrilla de barrio, bien ubicada, con precios muy razonables. El típico lugar para ir después de jugar al fútbol con tus amigos.
Entre 5 solemos gastar 100 $ por persona comiendo provo, chinchu, entraña, bondiola.
Dos cosas para destacar:
— la provoleta, siempre crocante y rica
— la entraña, simplemente perfecta

Don Niceto es una agradable parrilla que está hace tiempo en el barrio de Palermo. No será de lo más llamativa, pero hay que decir que se come bien. La atención es correcta y generalmente la comida sale rápido. Es una lástima que ahora solo atiendan por las noches, ya que era una buena opción para la gente que trabaja por la zona y pueda ir los mediodías, más que sus precios son bastante convenientes.

Espectacular. Realmente el nivel de la comida es superior al de muchos otros restaurantes del rubro que por vender una imagen más elegante parecieran ser mejores. Otro ejemplo más de que la fachada es solo fachada, de ahí a que se haga valer hay otro camino.
Don Niceto es una parrilla en pleno Palermo, pero de una cuadra oscura, con poco movimiento. El ajetreo prolifera acá a medida que va acercandose la hora de la cena. Nosotros llegamos temprano y había solo una mesa ocupada. En 10 minutos tuvimos todo servido.
Empezando por la comida, cada cosa que pedimos estaba perfecta. La entraña tierna y cocida a punto, el tomate de la ensalada rojo, jugoso, bien fresco, de esos que es casi imposible conseguir. Las papas fritas ruquísimas, no esos bastones esculpidos de publicidad pero crocantes, para nada grasosas. Las porciones eran correctas, la de entraña para compartir alcanzó bárbaro para una cena moderada, y las guarniciones se terminaron solo por glotonería. Tamaño justo y un poquito más. El pan un lujo, esperaba una cosa seca y vieja pero me sorprendió.
El lugar se llenó de grupos de amigos, algunos que salían de jugar al fútbol y otros que parecían salir del trabajo, parejitas, pibes solos que se sentaron en la barra frente a la parrilla y algunos habitués del lugar. Típico quilombo de este tipo de comedores populacheros, el parrillero a los gritos y las risas de las mesas a volúmen megáfono.
Los precios son un regalo, no entiendo de donde saca la ganancia ésta gente. Las dos guarniciones, la entraña para compartir, dos porrones de cerveza y una de litro, y un agua: $ 200 en total.

Don Niceto es la prueba de que las buenas parrillas no se definen por cómo se ve el lugar o cuán cool sean sus dueños. Es la típica parrilla de barrio y, aunque está ubicada en medio de Palermo, se mantiene como tal. Todos los que trabajan ahí son unos personajes. Luis, el dueño, se encarga de la parrilla, y su esposa de preparar algo de comida y servir las mesas. También ayudan sus hijos y es muy probable que veas alguna pelea entre ellos. Nada muy grave.
Hasta hace algunos meses abría todos los mediodías, por lo que íbamos al menos una vez por semana con mis compañeros del trabajo. Pero por algún motivo esa época ya terminó, tristemente, y ahora sólo abren por las noches y al mediodía durante los fines de semana. Suele estar llena de gente de todo tipo: muchos la consideran una de las mejores de Buenos Aires. Los precios, además, son ridículamente accesibles.
El lugar no es muy amplio, pero también tiene la opción de comer en barra. La atención es de lo mejor, todo sale tal como lo pediste y en pocos minutos. Lo imperdible: el chori, las mollejas y la tortilla de papas que es de otro planeta.

Don Niceto es de esas parrillitas de paso pero que por su ubicación y la buena onda de la gente que atiende ahí muchos han transformado en su restaurante de cabecera.
Antes abría de lunes a viernes al mediodía pero ahora solo a la noche, lo cual es realmente una pena considerando que era una opción genial para almorzar especialmente si esa es tu zona de trabajo. Los fines de semana por suerte siguen abriendo al mediodía y noche y continúà la rapidez en la atención.
Don Niceto es barato y rendidor– como la mayoría de las parrillas de este estilo– acá no hay glamour ni platos con nombres cool. El choripán es choripán, el morcipan es morcipan y la ensalada es mixta o con lo que quieras pero llamado por su nombre.
Tenés la opción de pedir bebidas de tamaño grande y el glorioso– sí ya lo he calificado así– sifón frio.
Las veces que conseguí un lugarcito en la vereda– es mejor para no quedar con olor a parrilla todo el día– aproveché para comer pollo con limón y una ensalada. Económico y contundente.
Otra buena opción para compartir es la tortilla de papa. Te preguntan cómo la querés si babé — no es mi caso– o bien crocantita como para ir abriendo el estómago. Y ni que hablar si arrancas con una provoleta, después del almuerzo seguro que terminás añorando una siesta.