Imaginario Cultural

Lo más lindo es el ambiente, súper relajado. Apto grupos numerosos y ruidosos para compartir una cerveza a la noche y cortar la semana.
La carta es acotada pero combina genial con la onda del lugar. Hamburguesas, lomitos, pizzas, empanadas y algunas ensaladas. Pedimos unos lomitos completos, que vienen en pan francés, y la verdad los podríamos haber compartido, porque eran gigantes y sobró.
Las mozas se esfuerzan por no interrumpirte la charla (?) así que a veces hay que esforzarse un poco para que te den pelota. Pero adónde no? Ja.
Gastamos 150 por persona en promedio.

He ido con amigos, en pareja con amigas, y la verdad que el lugar es tan ameno el clima que se genera cada vez que he ido es genial a mi personalmente me encanta, tiene una carta variada, los precios son razonables la espera de los platos la adecuada, sin dudas es un lugar al que da gusto ir y volver.

Gran descubrimiento gran. El Imaginario queda a cuadras del laburo y tiene muy buen clima.
El viernes, después del trabajo y de ir a comer también por el barrio, fuimos con mis compañeros a tomar algo. No puedo hablar de la comida porque no la probé, pero en cuanto a bebidas está muy bien. La carta es variada y los precios muy razonables. Además, tiene un detalle hermoso: los estudiantes tienen descuento presentando acreditación. Ya está, me compraron.
La decoración es muy linda, el lugar es amplio y tiene mesitas afuera, sobre la vereda. Nos atendieron muy bien, no tuvimos que esperar mucho en ningún momento.
Le doy mi voto, seguro vuelvo y pronto.

Hace años que voy al Imaginario. La primera vez tenía diecinueve años y fui a tomar una cerveza con mi novio, que trabajaba enfrente. Recuerdo que me encantó la decoración del lugar, los ventiladores de techo tan raros. Después de cerveza y pizza bajamos al sótano y vimos a una banda, La Doblada. No éramos los únicos, Skay y la Negra Poly también querían escucharlos.
Desde ese día voy al menos dos veces por año y repito el plan: picada, cerveza y luego La Doblada. Si no me equivoco el cantante de esta banda es uno de los dueños del lugar.
Lo recomiendo y más aún recomiendo que vayan el día que toca La Doblada.

Cuando yo vivía en Once era habitué de este bar que fue pionero en la zona de Almagro. Aunque hoy ya florecen los bares y la zona se transformó en una especie de Palermo un poco menos careta e inundado de actorcitos de teatro under, el Imaginario se mantiene como el primero.
Es cierto que en su carta no ofrece nada muy distinto: cervezas, algún vino no muy especial, tragos clásicos, pizza y picadas. Pero lo mejor del Imaginario es el ambiente siempre animado, aún los días de semana, y los personajes que podés encontrarte. En más de una oportunidad me crucé con Skay Beilinson y la Negra Poli, por poner el ejemplo más ilustre.

El lugar es extraño. No parece un bar. Un gran bloque de cemento con techos altísimos, ladrillo desgastado al aire, ventiladores de aspas gruesas colgados en paralelo a la pared con la apariencia más bien de máquinas fabriles. Casi como una gran fábrica. ¿Una industria, una usina del arte?
Es que Imaginario Cultural, además de ser un bar, es un lugar de encuentro de pintores, músicos, actores y demás artistas que en los últimos años se mudaron al barrio de Almagro.
De hecho el subsuelo, una especie de sótano cerrado, suele transformarse en escenario teatral para obras a la gorra. Las noches de teatro suelen sucederse con la música en vivo de bandas del under porteño.
Además del salón principal, el lugar tiene unas cuantas mesas en las veredas, sobre Bulnes y sobre Guardia Vieja. Otra opción es el patio interno a cielo abierto, con varias mesas rodeadas por paredes de ladrillo inundadas por enredaderas.
Es un lugar para tomar unas cervezas, un vino o algunos tragos de los clásicos. La comida acompaña. Pizzas, empanadas, nachos y alguna que otra ensalada.