Establecimiento General de Café

Tenía muchas expectativas del lugar, la verdad que el café podría ser mucho mejor. La atención es muy buena y los precios me parecen medios altos en relación con la calidad.

Ayer queríamos tomar un café a eso de las 18 hs por microcentro pero Lolea y Barrio Cafetero (que fueron nuestras 2 primeras opciones) cerraban a esa hora.
Bajón! ¿Cómo van a cerrar las cafeterías del microcentro a esa hora cuando uno sale de la oficina y quiere reunirse o distenderse tomándose un cortadito por ahí?
Por suerte estaba el Establecimiento General abierto.
Lo que me encanta de este local es que es muy espacioso y tiene distintos tipos de mesas (grandes para grupos numerosos o más pequeñas para poca gente), además de la opción de la terraza afuera que en estas temporadas ofrece calefacción y techo para días de lluvia.
Hay diarios del día para leer y se puede pagar con tarjeta.
De las opciones de la zona, es un SÍ.

Entré a reseñar este lugar y me desilusioné un poco con los comentarios de los otros Unilocalers diciendo que antes era mejor… ¡me hubiera gustado conocerlo antes entonces! A mi me pareció un muy lindo lugar en pleno microcentro para cortar la tarde o la mañana: el café me resultó muy rico, lo mismo las medialunas que se notaba que estaban fresquísimas. El local es muy tranquilo y da bien para una reunión o para ir a estudiar, es grande y tiene buenas mesas para grupos. La atención fue muy amable. También venden café para llevar, para quienes quieren escaparle un rato a Starbucks. Por lo menos en mi experiencia, un lugar recomendable.

Mi otrora franquicia preferida de café, es triste ver como hoy perdió lo que era su principal característica y ventaja competitiva: la variedad de los granos que podías elegir.
Antes, la carta detallaba cada tipo de grano, junto a su intensidad y origen. Hoy, eso ya ni existe; es una carta como la de cualquier otro café porteño.
Quiero destacar algo que no tiene nada que ver con su producto: siempre pasan una muy linda música jazz, incluso en otras sucursales. En otro plano, sus sándwiches son interesantes, especialmente el de pastrami.
Siguen vendiendo granos y cafeteras, y su café es lo suficientemente bueno como para volver (de no existir otras opciones), pero su cambio de identidad es notorio y va a contramano del interesante movimiento barista que existe en Buenos Aires.

Un lugar tranquilo que sirve para hacer tiempo y disfrutar de algo de paz que últimamente cuesta encontrar.
A pesar de que no tenían la primer elección de café (mocha) la moza supo ofrecer uno muy parecido.

Esta cafetería antes tenía una variedad súper extensa de cafés que poco a poco se fue reduciendo. Sin embargo, no deja de ser un buen lugar para tomar algo en Microcentro. Nosotros en la oficina lo tenemos como opción cuando hay alguna despedida o cumpleaños a la tarde, reservando varias mesas.
El menú es tradicional, no ofrecen una propuesta fuera de lo común: sandwiches, tostados, ensaladas, tartas, y algunas delikatessen como alfajores caseros, cheesecake, brownies, cuadrados de limón. Todos aceptables.
Lo bueno es que en el local, que es muy lindo, tienen en exhibición un montón de productos que los amantes del café van a amar: blends de café en granos a la venta por kilo, máquinas de café de todo tipo, teteras, jugueras, molinillos, cremeras, jarras térmicas, frascos de almendras bañadas en chocolate, etc. Todo esto también se puede comprar online desde la página.

Para los amantes del café o quienes transiten por el centro y necesiten hacer un alto en las corridas matinales u organizar una reunión en un ambiente mas relajado que la oficina, este establecimiento ofrece lo que estas buscando.
Arrancó siendo un lugar de gran variedad de café de varias partes del mundo y como todo lo importado fue limitando su oferta. Aun así el café que se toma allí es muy rico y también las opciones de acompañamiento como sus sandwiches o delicatessen lo mantienen como una excelente alternativa
Cuenta con varias mesas en la calle y en su interior cuenta con mucho espacio y lugar disponible para todos.
Para mi es un lugar muy practico para juntarme con clientes o eventualmente con algún amigo cuando necesito 10 o 15 minutos para coordinar algo. También tiene una sucursal en frente al palacio de tribunales sobre la calle Tucumán.

Hace dos años empecé a trabajar en la esquina. Como amante del café, un lugar que contaba con mas de 20 granos de todas partes del mundo, me fascinaba.
Al poco tiempo dejé de venir con regularidad porque el servicio fue siempre malo y los baristas le ponían muy pocas ganas, pero cada tanto seguía comprando café en grano para llevar.
Hoy volví y es una lástima como decayó en el nivel del café. De todas las variantes que figuran en la carta sólo tienen 5 y de los menos copados. Aprovechá para tomar el Blend Edición Limitada de Brasil mientras les quede.
Es probable que no sea culpa de ellos y la coyuntura del país los haya llevado por este camino, ahora es casi un bar mas.
El local es amplio y cómodo, con buena y suave música de fondo. La wifi funciona bien y si tuviera mas enchufes sería ideal para trabajar.
La atención sigue siendo mala. Hay solo 2 mozas que no dan a basto y vas a tener que esperar bastante para todo.
Al mediodía tienen menúes desde $ 70 y también ofrecen sánguches y ensaladas que no probé. Las opciones de pastelería no son muy tentadoras, todo industrial.