Amo este lugar. Si bien la mayoría de bares y boliches de la noche gay de Buenos Aires son relajados y cero prejuiciosos, este lugar es para sentirse en tu casa. Nadie te va a mirar raro, ni mal, ni te vas a sentir incómodo/a, al contrario. Es un antro de perdición para entregarse al baile latino sin medir consecuencias y chocando panzas con la masa sudorosa. Es para bajar a la pista del fondo y bailar Thalía como demente y pedirle al DJ(que está en una cabinita enrejada) que te pase Chenoa o alguna de Lucero. Y lo harán. Cuando suena Todos me miran de Gloria Trevi cuidado con el pogo porque te puede caer un travesti encima y te puede enterrar un taco en el ojo. Sin querer, claro. Ojo las mujeres delicaditas y producidas, no esperen trato preferencial. Nosotras, las heterosexuales, no llamamos la atención, entonces te van a empujar o a pasar por encima sin siquiera mirarte. No es un boliche hetero, donde todos tienen cuidado para levantarte, esto es diferente, hay respeto pero somos el escalafón más bajo, las Dalit de la noche así que a paso firme y tacos bajos, preferentemente. Cuando estás a punto de morir del agobio, el calor y el cansancio por bailar Gladys la bomba tucumana subido a la tarima, podés subir a la zona más careta y tomarte un refresco, ahí pasan música electrónica, hay menos gente y menos calor. La entrada? Sale menos que un trago en cualquier bar. Recomiendo no perderse una noche en Angel’s, la van a recordar toda la vida.
Gustavo C.
Classificação do local: 2 Buenos Aires, Argentina
Hace varios años, cuando la idea de poner una canción «latina», mucho menos una cumbia, en una discoteca era descabellada, Angel’s lo empezó a hacer. De esta manera atendió las necesidades de un nicho de mercado de la noche gay que estaba completamente descuidado, se hizo una reputación y se aseguró la supervivencia en un mercado que es implacable. Con una estructura bastante profesional, divida en dos pistas(de hecho, la idea original era una pista de discoteca tradicional, la otra un tanto más marginal), Angel’s tenía que competir con las mega discos de mediados de los 90, y hacer que la gente se acercara a un sitio que para ese entonces estaba completamente fuera de circuito(para los que no la ubican, Angel’s está justo en frente de la morgue judicial) y esta fue la manera que logro distinguirse. Claro que«la gente» no se encontraría ni muerta en Angel’s(o tal vez si en caso de alcoholismo extremo), pero hace 20 años que tiene lleno completo cada noche que está abierta. Una palabra de advertencia para los néófitos: Angel’s tiene una de las poblaciones más diversas de cualquier lugar LGTB, juntando a la gente que normalmente se siente alienada de otros sitios más exclusivos o elitistas: chicos suburbanos, hombres grandes en el closet, chicas trans, cross dressers de ocasión, lesbianas butch y otros, varios de ellos a veces en conflicto unos con otros, por lo que un hecho de violencia en la puerta no es un hecho desconocido. Si sos parte de la comunidad LGTB de Buenos Aires y nunca fuiste, te debes una visita. Si venís de afuera(o tenes que llevar a alguien de afuera), háganlo, con precauciones. Si sos habitué, no te tengo que explicar nada